Hoy hablamos del techo de la deuda de E.E.U.U.

Esta semana el mercado ha estado muy pendiente del techo de la deuda de E.E.U.U. vamos a explicar qué es, qué implica, qué soluciones existen y qué acuerdo se ha alcanzado.

¿Qué es el techo de la deuda y por qué pone en riesgo la economía mundial?

El techo de la deuda es el límite legal que establece el Congreso de Estados Unidos sobre la cantidad de dinero que el gobierno puede pedir prestado para financiar sus operaciones y pagar sus obligaciones. El gobierno federal suele gastar más de lo que ingresa por impuestos y otros ingresos, por lo que necesita endeudarse para cubrir sus facturas, que incluyen programas sociales, intereses de la deuda nacional y salarios de los militares.

El 19 de enero de 2023, Estados Unidos alcanzó su techo de la deuda, que estaba fijado en 31,381 billones de dólares. Esto provocó una crisis política y económica, ya que el gobierno se arriesgaba a quedarse sin dinero y entrar en suspensión de pagos por primera vez en la historia. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtió que el gobierno podría agotar sus fondos el 5 de junio si el Congreso no elevaba o suspendía el límite de endeudamiento.

¿Qué implica el techo de la deuda?

El techo de la deuda no autoriza ningún gasto nuevo, sino que simplemente permite al gobierno pagar los programas que ya han sido aprobados por el Congreso. Sin embargo, al acercarse al límite, los legisladores suelen aprovechar la oportunidad para exigir recortes del gasto público o reformas fiscales.

Si el gobierno agota sus medidas extraordinarias y se queda sin efectivo, no podrá emitir nueva deuda. Esto significa que no tendrá suficiente dinero para pagar sus obligaciones, incluidos los intereses y otros pagos que debe a los tenedores de bonos, los salarios militares y los beneficios para los jubilados.

Nadie sabe exactamente qué pasaría si Estados Unidos llega a ese punto, pero el gobierno podría entrar en suspensión de pagos si no puede hacer los pagos requeridos a sus acreedores. Los economistas y los analistas financieros advierten de que ese escenario sería devastador para los mercados y la economía mundial. Además, si el gobierno no puede emitir nueva deuda, tendría que equilibrar su presupuesto imponiendo recortes que equivaldrían al 5% del tamaño de la economía estadounidense.

¿Qué soluciones existen?

Existen varias ideas para asegurar que los pagos críticos no se retrasen, especialmente los pagos a los inversores que poseen deuda estadounidense. Pero ninguna de estas ideas se ha probado nunca, y no está claro si el gobierno podría seguir pagando algunas de sus facturas si no puede pedir más dinero prestado.

Una propuesta es que el Departamento del Tesoro priorice ciertos pagos para evitar la cesación de pagos de la deuda estadounidense. En ese caso, el Tesoro pagaría primero a los tenedores de bonos que poseen deuda del Tesoro estadounidense, aunque retrasara otras obligaciones financieras como los salarios del gobierno o los beneficios para jubilados.

Hasta ahora, el Tesoro parece haber descartado esa opción. Yellen ha dicho que ese enfoque no evitaría un "impago" a los ojos de los mercados.

Otra propuesta es que el presidente Joe Biden invoque la 14ª Enmienda de la Constitución, que establece que "la validez de la deuda pública [...] no será cuestionada". Algunos expertos constitucionales sostienen que un impago sería inconstitucional y que el gobierno estaría obligado a pagar sus deudas a pesar de alcanzar el techo de la deuda. Biden dijo que estaba considerando invocar la 14ª porque creía que tenía autoridad para hacerlo, pero cuestionó si podría hacerse a tiempo para evitar el impago, dada la posibilidad de que fuera apelado.

¿Qué acuerdo se ha alcanzado?

El 27 de mayo, Biden y el líder republicano en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, llegaron a un acuerdo para aumentar el techo de la deuda, pero limitar el gasto federal. El acuerdo preveía suspender el techo de la deuda hasta después de las elecciones presidenciales de 2024, establecer límites al gasto no relacionado con la defensa para los próximos dos años, acelerar el proceso de permisos para grandes proyectos energéticos, reducir la financiación para el Servicio de Impuestos Internos e introducir nuevos requisitos para los programas de asistencia social, como los cupones de alimentos.

La Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley el 31 de mayo con el apoyo bipartidista de 314 votos a favor y 117 en contra. El proyecto debía pasar aún por el Senado y ser firmado por Biden para entrar en vigor antes del plazo del 5 de junio. El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo que llevaría la medida al pleno "lo antes posible" e instó a sus colegas a "estar preparados para actuar rápidamente". El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, dijo que estaría "orgulloso" de apoyar el acuerdo "sin demora".

El acuerdo entre Biden y McCarthy fue visto como un logro histórico para el líder republicano, que demostró su capacidad de negociación y de mantener unido a su partido. También fue interpretado como una señal de que Washington todavía era capaz de funcionar en un momento de gran división política. Biden dijo en un comunicado tras la votación que la Cámara había dado "un paso crítico" para evitar un impago sin precedentes y proteger la recuperación económica del país. "He sido claro en que el único camino a seguir es un compromiso bipartidista que pueda contar con el apoyo de ambos partidos", añadió el presidente. "Este acuerdo cumple con esa prueba. Insto al Senado a que lo apruebe lo más rápido posible".

Sin embargo, el proyecto también se enfrentó a la oposición en ambas cámaras. Por un lado, algunos republicanos conservadores criticaron el acuerdo por no imponer recortes más profundos al gasto futuro. Por otro lado, algunos demócratas progresistas acusaron a Biden de ceder a las demandas republicanas. El senador Bernie Sanders dijo que no podía votar a favor de la legislación porque imponía recortes del gasto sin aumentar los impuestos a los estadounidenses más ricos.

En conclusión, el techo de la deuda es un tema que genera mucha controversia y tensión política en Estados Unidos, ya que pone en juego la credibilidad y la estabilidad del país y de la economía mundial. Aunque se ha logrado un acuerdo para evitar el impago, el problema de fondo sigue sin resolverse: cómo equilibrar las finanzas públicas y reducir el déficit y la deuda nacional. Mientras tanto, el gobierno seguirá dependiendo de la voluntad del Congreso para poder financiar sus operaciones y cumplir con sus obligaciones.

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